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«¡Siempre fuiste el favorito!» – Cómo lidiar con la sensación de desigualdad en la crianza

«¿Por qué él siempre recibe más atención?»
«¡Ella siempre fue la consentida!»
«Me esforzaba tanto, pero ellos solo elogiaban a mi hermano…»

Si alguna vez te has sorprendido pensando así sobre tus padres y hermanos, debes saber que no estás solo. La sensación de que los padres tienen un “favorito” es más común de lo que parece — y puede dejar huellas emocionales profundas.

La percepción de favoritismo en la infancia puede influir en las relaciones, la autoestima e incluso en la forma en que enfrentamos los desafíos en la vida adulta.

Pero ¿por qué duele tanto esta sensación de desigualdad en la crianza? Y lo más importante: ¿cómo podemos superar esto y encontrar un equilibrio emocional? En este artículo, exploraremos los impactos emocionales de esta percepción, entenderemos por qué ocurre y descubriremos formas saludables de enfrentar esta situación para que no siga afectando nuestra vida.


👥 ¿La sensación de favoritismo es real o solo es una impresión?

Muchas veces, el favoritismo se percibe de manera diferente por cada miembro de la familia. Lo que para ti puede parecer una clara preferencia de tus padres hacia tu hermano o hermana, para ellos puede ser simplemente una diferencia de trato basada en la personalidad, las necesidades o incluso las diferentes etapas de la vida.

Por ejemplo, un hermano menor puede necesitar más atención y protección, lo que puede ser interpretado por el mayor como una señal de favoritismo. O tal vez uno de los hermanos tenga más facilidad para los deportes o para las actividades académicas, lo que lleva a que los padres elogien más ese tipo de comportamiento — sin darse cuenta de que esto podría generar una sensación de exclusión en los otros hijos.

💡 Estudios sobre el tema muestran que los padres, incluso sin intención, tienden a tratar a los hijos de manera diferente según factores como el género, la edad, la personalidad e incluso circunstancias externas, como el estrés financiero o los problemas de salud en la familia. El problema es que, cuando esta diferencia se percibe como injusta, puede crear resentimiento y afectar la dinámica familiar.


🧠 Los impactos emocionales de sentirse el «menos favorito»

La percepción de que un hermano es el «favorito» puede dejar cicatrices emocionales que se extienden hasta la vida adulta. Estos impactos pueden manifestarse de diferentes formas:

➡️ Baja autoestima

Cuando sientes que nunca fuiste el centro de atención o que tus esfuerzos nunca fueron reconocidos, es fácil empezar a creer que no eres lo suficientemente bueno. Este tipo de pensamiento puede erosionar tu autoconfianza y hacer que desarrolles un sentimiento constante de insuficiencia.

➡️ Resentimiento y competitividad entre hermanos

La idea de que «mi hermano siempre fue el preferido» puede generar un ciclo de competencia y resentimiento entre los hermanos. Esta competencia puede continuar en la vida adulta, transformándose en comparaciones sobre éxito profesional, vida amorosa o estabilidad financiera.

➡️ Dificultad para establecer relaciones saludables

Cuando creces sintiendo que el amor es condicional — basado en el rendimiento o la aceptación —, es común proyectar esta dinámica en relaciones futuras. Esto puede generar inseguridad, celos y dificultad para confiar en los demás.

➡️ Búsqueda constante de aprobación

La necesidad de agradar puede convertirse en un patrón de comportamiento. Si creciste sintiendo que nunca eras suficiente, puedes pasar la vida buscando reconocimiento y validación en las relaciones personales y profesionales.


👨‍👩‍👧‍👦 ¿Por qué los padres tratan a los hijos de manera diferente?

El comportamiento de los padres hacia los hijos está influenciado por diversos factores y, muchas veces, esta diferencia en el trato no es intencional. Algunas razones comunes para esta desigualdad percibida incluyen:

👉 Personalidad y temperamento

Los hijos con personalidades más extrovertidas o comunicativas pueden recibir naturalmente más atención de los padres, simplemente porque son más abiertos para el contacto. Por otro lado, los hijos más introvertidos o reservados pueden terminar siendo percibidos como «menos cercanos», lo que crea una brecha en la percepción del trato.

👉 Diferentes necesidades en diferentes etapas de la vida

Un hijo que enfrenta dificultades en la escuela o problemas emocionales puede necesitar más atención y cuidado en determinados momentos. Esto puede generar la impresión de que los padres están siendo injustos o negligentes con los otros hijos.

👉 Proyecciones emocionales de los padres

Muchas veces, los padres proyectan sus propias expectativas y frustraciones en los hijos. Si un padre o madre fue deportista en su juventud, por ejemplo, es natural que anime más al hijo que muestra habilidades deportivas, mientras que el otro puede sentirse excluido.

👉 Favoritismo inconsciente

Los estudios muestran que el favoritismo puede ser inconsciente. Los padres pueden, sin darse cuenta, prestar más atención a un hijo que es más parecido a ellos en términos de personalidad o intereses.


🛠️ Cómo lidiar con la sensación de desigualdad en la crianza

Superar la sensación de haber sido el «menos amado» o el «menos valorado» en la infancia requiere un proceso de autoconocimiento, aceptación y, muchas veces, perdón. Aquí hay algunas estrategias prácticas para enfrentar esta cuestión:

1. Reconoce tus sentimientos sin juzgarte

Sentirse excluido o menospreciado es doloroso — y está bien sentirse así. La clave es reconocer estas emociones sin juzgarlas. Permítete sentir rabia, tristeza o frustración sin culparte por ello.

2. Habla con tus padres (si es posible)

Si sientes que es posible tener una conversación abierta y honesta con tus padres, intenta abordar el tema sin acusaciones. En lugar de decir «siempre prefirieron a mi hermano», intenta algo como:
«Siempre sentí que elogiaban más a mi hermano, y eso me hizo sentir que no era suficiente. ¿Podemos hablar de esto?»

Este enfoque crea un espacio seguro para el diálogo y la comprensión mutua.

3. Refuerza tu identidad y valor personal

No necesitas la aprobación de tus padres para validar tu valor. Reconoce tus logros, celebra tus cualidades y busca tu identidad fuera del contexto familiar.

4. Trabaja el perdón

Perdonar no significa olvidar o justificar lo que ocurrió. Significa liberar el peso emocional que llevas. Cuando perdonas, le quitas poder a esa herida emocional.

5. Construye relaciones saludables

Busca conexiones con personas que te valoren por lo que eres, y no por lo que haces. Las relaciones saludables pueden ayudarte a reconstruir la autoestima y la confianza que se vieron afectadas en la infancia.


🌱 Encontrando equilibrio y paz interior

Superar la sensación de favoritismo en la crianza no es un proceso fácil — pero es posible. Reconocer los impactos emocionales, entender el contexto y buscar formas saludables de lidiar con ello son pasos importantes para sanar esa herida emocional.

La verdad es que el amor de los padres puede manifestarse de diferentes maneras para cada hijo, y eso no significa que fuiste menos amado o menos importante. Encontrar paz en esa comprensión es el camino para construir una relación más ligera con tu pasado y contigo mismo.

Recuerda: no necesitas ser el favorito para ser amado. ❤️

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