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Ser madre (o padre) sin anularse: ¿se puede existir más allá de la maternidad o paternidad?

Entre pañales, carreras y sueños: ¿dónde quedaste tú en medio de todo esto?

Ser madre. Ser padre. Dos palabras que cargan el peso de un amor inmenso… y, al mismo tiempo, el peso de la responsabilidad, las expectativas, las culpas y una pregunta que muchas veces resuena en la cabeza (aunque pocos se atreven a decirla en voz alta):

👉 “¿Y yo? ¿Dónde quedé en todo esto?”

Cuando nace un hijo, nace un amor que nunca pensaste que podrías sentir. Pero muchas veces, junto con ese amor, también nace la idea —instalada culturalmente— de que quien cuida debe desaparecer, anularse, dejar de ser.

Y aquí te hago una invitación a reflexionar: ¿Realmente es necesario anularse para ser una madre o un padre presente? ¿Es posible existir más allá de la maternidad o paternidad, sin culpa y con equilibrio?


🚼 El mito de la madre (o padre) perfecta(o): una trampa silenciosa

Vivimos en una sociedad que, al mismo tiempo que romantiza la crianza, exige estándares casi imposibles.

  • La madre debe ser presente, amorosa, cariñosa, pero también exitosa, delgada, feliz, productiva e incansable.

  • El padre debe ser proveedor, divertido, emocionalmente disponible, involucrado, fuerte, sensible, y —obviamente— profesionalmente exitoso.

¿Parece poco? ¿Parece alcanzable? En la práctica, es agotador. Es inhumano.

Estas expectativas generan un ciclo de frustración. Te entregas, te das por completo, intentas llegar a todo… y poco a poco, te das cuenta de que aquella persona que eras —tus sueños, tus hobbies, tu esencia— va quedando atrás.


🔥 Anularse no es amor: es abandono personal disfrazado

Existe una línea muy fina entre ser alguien disponible para quienes amas y simplemente desaparecer dentro de los roles que te impone la vida.

Amar no debería significar olvidarse de sí mismo. Al contrario: una persona completa, que se cuida, que se escucha, que se reconoce, tiene mucho más amor para ofrecer a los demás.

👉 Cuando te abandonas, lo que queda para ofrecer es cansancio, irritación y agotamiento emocional.

👉 Cuando te cuidas, recuperas energía, alegría y amor genuino —ese que fluye, que no pesa y que no se convierte en carga.


💡 ¿Por qué es tan difícil permitirse existir más allá de la maternidad o paternidad?

Porque nos enseñaron así. La construcción social de la maternidad —y cada vez más también de la paternidad— lleva siglos repitiendo discursos sobre abnegación, sacrificio y amor incondicional que no deja espacio para uno mismo.

Y si a eso le sumamos factores muy reales y concretos, el cóctel es explosivo:

  • Falta de red de apoyo.

  • Carga mental desproporcionada (especialmente para las mujeres).

  • Desigualdad en la distribución de tareas domésticas y de cuidado.

  • Presión laboral versus exigencias familiares.

  • Juicio constante de la sociedad, la familia e incluso de uno mismo.

El resultado es el mismo: desaparecer como individuo.


🌿 Ser madre (o padre) y ser tú: caminos para reconectar contigo misma(o)

1. Recupera tu identidad — ¿Quién eras antes? ¿Y quién quieres ser ahora?

Parece una pregunta simple, pero es profundamente transformadora.

  • ¿Qué te hacía feliz antes de ser madre o padre?

  • ¿Cuáles son tus pasiones, tus hobbies, tus sueños?

  • ¿Qué cosas pusiste en pausa al convertirte en mamá o papá?

La maternidad y la paternidad no deben ser un punto final. Son una coma, una nueva capa de tu existencia. No un reemplazo de tu esencia.


🔥 2. Pon límites saludables (sí, también con tus hijos)

Los niños deben entender que sus padres también son personas con necesidades propias. Esto no es egoísmo, es educación emocional.

  • No tienes que estar disponible el 100% del tiempo.

  • Está bien decir: “Ahora es momento para que mamá (o papá) descanse, lea, tome un baño tranquilo.”

  • Esto enseña respeto, empatía y fomenta la autonomía desde pequeños.


3. Prioriza lo que realmente importa — No todo es urgente

Es fácil caer en la trampa de querer hacerlo todo y hacerlo perfecto. Pero la realidad es que:

👉 No todo es urgente. No todo debe ser hoy. Y no todo tiene que ser perfecto.

Aprender a diferenciar lo urgente de lo importante es uno de los mayores actos de autocuidado que puedes regalarte.


💖 4. Crea espacios solo para ti — No es un lujo, es una necesidad

  • Sal a tomar un café sola.

  • Vuelve a practicar ese deporte que te gustaba.

  • Haz terapia.

  • Organiza un encuentro con tus amigas o amigos.

  • Retoma ese curso, esa clase de baile, ese hobby que te conecta contigo.

Esto no te convierte en una madre o padre peor. Te convierte en alguien más presente, más feliz y más auténtico.


🤝 5. Pide ayuda — No es debilidad, es inteligencia emocional

La cultura del “puedo con todo” es una trampa cruel. Nadie —absolutamente nadie— debería cargar con todo en soledad.

Construye tu red de apoyo:

  • Acuerdos reales dentro de la pareja.

  • Familia, amistades, vecinos.

  • Grupos de madres, padres o redes de apoyo online.

  • Profesionales que puedan ayudarte (niñeras, terapeutas, profesores, etc.).


💭 Reflexiona: tus hijos no necesitan una madre o un padre perfecta(o). Necesitan una persona real.

Personas reales:

  • Se equivocan.

  • Se cansan.

  • Necesitan momentos para sí mismas(os).

  • Tienen sueños, deseos y proyectos propios.

¿Y sabes qué es lo más poderoso? Cuando tus hijos te ven vivir con autenticidad, aprenden que ellos también tienen derecho a vivir su propia vida sin anularse por los demás.

Es uno de los mayores legados emocionales que puedes dejar.


🔄 El equilibrio no es una meta fija. Es un movimiento constante.

Habrá días en los que te sientas en armonía, viviendo la maternidad o paternidad con ligereza y plenitud.

Y habrá otros días en los que todo parezca desbordarse, en los que te sientas agotada(o), sin tiempo ni para respirar.

Y está bien. La vida no es una línea recta. El equilibrio se construye, se pierde y se vuelve a construir, todos los días.


🚀 Sí, hay vida más allá de la maternidad y la paternidad — Y eso no te hace menos madre ni menos padre.

De hecho, cuando te permites existir, tus hijos reciben una versión más feliz, más completa y más amorosa de ti.

Tú eres madre. Tú eres padre. Pero también eres mujer, hombre, profesional, amiga(o), hija(o), soñadora(or).

Y ¿sabes algo? Tienes derecho a existir más allá de tus roles. Y no necesitas pedir disculpas por ello.


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